A lo largo de nuestra vida, adquirimos conocimientos y perfeccionamos nuestras aptitudes, tanto innatas como aprendidas. Sin embargo, los verdaderos triunfadores son aquellos que adoptan como hábito las ACTITUDES POSITIVAS. Son personas dispuestas a actuar y con una predisposición hacia la acción. ¡Tu éxito comienza con una actitud positiva!
Lo más importante es ser honesto con uno mismo, conocer nuestras habilidades, reconocer nuestras debilidades y ser capaz de salvarlas con acciones de mejora para lograr nuestros objetivos.
El victimismo, esa queja constante sobre la vida, sobre los demás, esa sensación de ser el resultado de las circunstancias, de las cosas que nos pasan, solo provocan una cosa, la no acción.
Todos tenemos la capacidad de elegir el camino, de actuar antes las circunstancias que se presentan en nuestras vidas. Siempre tenemos la elección de ver las cosas que nos pasan como amenaza o como oportunidades de mejora, de aprendizaje.
Una buena táctica para salir del victimismo, de visiones estáticas y poco productivas ante la vida, es intentar ver la vida como si fuera una película, donde tenemos dos papeles: el de director y el de actor.
El director sería el personaje que quiere conseguir el éxito de la película, quien tiene los sueños, los deseos de mejora, quien conoce lo bueno y lo malo de los actores que interpretan los distintos episodios, de esa película que es la vida. Tiene que fijar las metas a largo plazo, ser consciente de sus deseos, tener muy claro lo que quiere conseguir y mover todas las piezas para lograrlo.
Desde esta perspectiva de directores de nuestras vidas, es donde debemos reflexionar sobre nuestras debilidades, nuestras fortalezas, nuestras responsabilidades, nuestros errores, pero siempre buscando la mejora, viendo los distintos capítulos como pasos para conseguir un fin, un sueño.
El actor sería el personaje que tiene que ejecutar lo que quiere conseguir el director, llevar a la realidad sus sueños.
¿Qué sería del director sin los actores?, ¿qué sería de los actores sin director? No podemos interpretar el papel de actor principal de nuestra vida, sin dirección, sin metas, sin objetivos, pero tampoco podemos conseguir vivir una vida sin actuar, esperando a que pasen las cosas, ya que entonces seríamos meros espectadores de nuestra propia vida.
Si nuestra actitud ante la vida es negativa, percibiremos la realidad como dura y las acciones que emprendemos serán negativas, o lo que es peor, serán inexistentes. Sin embargo, si la actitud que asumimos es positiva, las acciones estarán encaminadas a mejorar y conseguir resultados.
Las amenazas son una cuestión de percepción, y sobre todo, de interpretación de la realidad.
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